Volver a casa después de las vacaciones sin ansiedad: claves para cuidar tu bienestar emocional

El fin de las vacaciones y el regreso a la rutina suponen cambios importantes en manejo de horarios, actividades, responsabilidades, estímulos del entorno, etc que es normal que impacten en nuestro cuerpo y nuestra mente.

Sentir determinadas emociones y sensaciones entra dentro de una respuesta normal y adaptativa de nuestro sistema: por ejemplo, estar algo más irascible o estresado·a o ilusionarse y motivarse con la nueva etapa.

En cambio, en ocasiones pueden ser emociones más desagradables, como ansiedad, tristeza o irritabilidad, que aparecen de una forma intensa o permanecen en el tiempo. Es importante entonces entender el motivo y poner en práctica herramientas que nos ayuden a manejar este momento.

¿Por qué sentimos ansiedad al volver de vacaciones?

Cuando se avecina un cierre o un comienzo es totalmente normal proyectarnos en ese momento, es una forma de estar preparados a lo que va a acontecer. No obstante, este proceso necesario y adaptativo a veces juega en nuestra contra porque nos genera mucho malestar. El enfoque o actitud con la que hacemos dicha proyección es crucial.

La ansiedad es una emoción que se caracteriza por la anticipación de acontecimientos o sucesos que generan algún tipo de incomodidad o sentimiento desagradable, con la particularidad que dicha anticipación se hace desde un enfoque negativo, es decir, poniéndonos en lo peor y, en ocasiones, incluso de forma catastrófica. En muchos de los casos, la anticipación de la vuelta a la rutina se hace desde un enfoque ansioso, trayendo a la mente todo lo negativo que pueda traer dicho retorno: escenarios de alta productividad, con ausencia de tiempo y/o espacios para el disfrute y el descanso… Por tanto, se generan escenarios muy negativos a los que nuestro cuerpo responde con ansiedad, malestar e irritabilidad.

A esto puede sumarse el hecho de que es muy habitual que dejemos para septiembre el inicio de tareas pendientes o nuevos objetivos, con la carga mental que esto supone. Aunque aparentemente hayamos desconectado en vacaciones de ello, la llegada de septiembre vuelve a traer con fuerza dichos puntos pendientes. En estos casos sería importante evaluar la carga mental que tenemos, el número de responsabilidad y si realmente todas ellas son imprescindibles, necesarias o dependen de nosotras·os.

Otro punto importante es el contraste que sentimos entre un ritmo vacacional más amable y coherente con nuestras necesidades (ritmos más lentos, rutinas más sencillas) con nuestra rutina habitual, en muchos casos hiperestimulante, rápida y sobrecargada. Que como sociedad estemos normalizando estos ritmos no quiere decir que estemos hechos y preparados como especie a ellos. La consecuencia más habitual es el estrés.

Síntomas comunes del malestar postvacacional

▸Irritabilidad y sensación de agobio

El pensamiento acelerado y la menor tolerancia al estrés  nos indican que estamos sintiéndonos agobiados·as. Además, podemos experimentar cambios repentinos y con facilidad del humor y estado de ánimo,

Apatía y tristeza

Sentir desgana o desmotivación son síntomas comunes del malestar postvacacional, llegando incluso en ocasiones a la tristeza.

Dificultad para concentrarse o dormir

Las alteraciones del sueño son muy comunes en esta época. Influyen principalmente dos aspectos: por un lado, el cambio en la rutina e higiene del sueño durante las vacaciones; por otro lado, la ansiedad y aparición de pensamientos rumiativos sobre la vuelta, más comunes a la hora de irse a dormir.

Igualmente, el agobio y la ansiedad dificultan la capacidad de concentración, haciendo más difícil estar presente mientras hacemos determinada tarea o actividad.

Baja motivación o frustración

Enfrentarnos al fin de la libertad de horarios y ausencia (total o parcial) de responsabilidades pueden traer consigo frustración y desmotivación.

Cómo volver a casa tras las vacaciones sin ansiedad

Consejos prácticos paso a paso:

▸ Prepara la vuelta

Deja un día o dos antes de volver a la rutina para poder regresar a casa, habituarte al espacio y reorganizarlo sin prisas.

Retoma de forma paulatina los horarios de sueño y alimentación.

Estos pequeños gestos son un gran aliado para que volver a la normalidad no cueste tanto.

▸ Anticipa la vuelta sin exigencia

Intenta, en la medida de lo posible, que la vuelta a la rutina y a las responsabilidad sea paulatina. No intentes hacer todas las cosas pendientes en los primeros días, intenta flexibilizar. Para ello puedes hacer una lista diferenciando las cosas más prioritarias de las que no.

No tienes que hacerlo perfecto, necesitas margen para habituarte a la rutina. Háztelo más fácil: quizás la primera semana no haces todo el ejercicio al que estás acostumbrado·a, no cocinas platos demasiado complejos o no tienes la casa tan organizada o limpia. No pasa nada, con el paso de los días volverás a tu ritmo habitual.

▸ Integra espacios de autocuidado en tu rutina

Necesitamos espacios de descanso, relajación y disfrute para sentirnos bien física, mental y emocionalmente.

La rutina no deberían ser solo responsabilidades. También puede haber espacios para el disfrute y la relajación. No tienen que ser grandes cosas ni llevar muchas horas. Un ratito de lectura al sol, dedicar tiempo a un hobby o dar un paseo en pareja, con amigos o familiares pueden ser pequeños espacios de autocuidado y disfrute.

▸ Mantén hábitos que te conecten con el descanso

Crea hábitos o rutinas que te ayude a llevar a tu mente y cuerpo hacia el descanso. Por ejemplo, un ritual antes de ir a dormir o  al llegar a casa después del trabajo. Integrar pequeños gestos y realizarlos de forma diaria nos ayudan a diferenciar espacios y momentos, ayudando a su vez a nuestro cuerpo a relajarse. Por ejemplo: bajar las luces después de cenar mientras lees con una infusión; o desconectar las notificaciones del trabajo en el móvil y poner música al llegar a casa.

▸ Acepta la transición emocional

Es normal sentir alguna emoción más desagradable durante la vuelta. Es adaptativo y no dura más que unos días. No te preocupes, háztelo un poquito más fácil, escúchate para poder ajustar el ritmo de la vuelta. 

▸ Habla de lo que sientes, normalízalo

Comparte con tus personas cercanas cómo está siendo para ti la vuelta, independientemente de lo que sientas. Decirlo en voz alta y compartirlo nos ayuda.

La importancia del autocuidado tras el descanso

Aunque las vacaciones potencian el autocuidado (más tiempo libre y, por tanto, capacidad para poder hacer cosas que antes no, poder ir más lento, sentir que se pueden iniciar actividades o hacer hobbies que durante la rutina no…) la realidad es que éste no debería limitarse a ellas.

Estamos normalizando jornadas laborales eternas, actividades de ocio altamente estimulantes, “deberías” que aunque aparentemente sean aspectos saludables se hacen desde la exigencia o no hay tiempo para todos ellos, y un largo etcétera. Esto genera sensación de ahogo y necesidad de vacaciones y parar, dejando a un lado el autocuidado diario.

Necesitamos recuperar e implantar más actos de autocuidado, más espacios para el bienestar dentro de nuestra rutina.

Necesitamos potenciar la escucha interna para volver a lo que es importante para cada uno·a y para nuestro bienestar.

En este blog encontrarás varios artículos que pueden ayudarte a ello.

Cuando pedir ayuda psicológica

Recuerda, sentirse algo irascible y desmotivado·a es totalmente normal tras las vacaciones. No obstante, si sientes que perdura en el tiempo o es demasiado intenso que no sabes cómo gestionarlo y /o interfiere en tu día a día es momento de pedir ayuda profesional.

En Lume Psicología, centro de atención psicológica en Madrid y online, podemos acompañarte en este proceso. Ayudarte a entender el motivo de este malestar y encontrar formas más amables y compatibles contigo y tus valores de vivir y establecer la rutina.

Hola, soy Laura

Psicóloga sanitaria y con formación en Mindfulness y gestión emocional

Desde Lume Psicología, busco facilitar un espacio respetuoso, seguro y reconfortante en el que puedas abrirte, pensarte y conectar con aquellas emociones, pensamientos, sucesos y/o partes de ti que no te resultan tan agradables.

Busco acompañarte en este camino para ayudarte a sanar y cultivar un estado de calma y bienestar.

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