El autocuidado hace referencia a la capacidad que una persona tiene para promover su salud y bienestar mediante la adopción de hábitos saludables en su día a día. Por tanto, no se trata solo de atender y cuidar nuestra salud física, sino también la mental y emocional.
Aunque muchas de las conductas que implican autocuidado pueden parecer obvias, la realidad es que muchas veces las damos por hecho o no recaemos en ellas. Por ello, te dejamos a continuación una serie de preguntas para tomar conciencia de si estás incluyendo, o no, prácticas de autocuidado en tu día a día.
Identificar mis conductas de autocuidado
Autocuidado físico
- ¿Duermo 7-8 horas diarias?
- ¿Tengo una rutina de ejercicio físico?
- ¿Me muevo todos los días? (si no hago una actividad deportiva como tal ese día, me muevo paseando, en casa…)
- ¿Me hidrato lo suficiente?
- ¿Llevo una alimentación variada y equilibrada?
- ¿Cómo la cantidad y nutrientes que mi cuerpo necesita?
- ¿Asisto a mis revisiones médicas?
- ¿Descanso si me encuentro mal?
Autocuidado emocional
- Practico actividades o incluyo herramientas de gestión del estrés (yoga, mindfulness, respiración consciente…)
- Me doy lo que necesito (soy capaz de identificar qué siento o cómo estoy y hacer algo para ayudar a regular esa emoción)
- Cuando me siento mal, intento tratarme con cuidado y cariño
- Tengo tiempo para hacer alguna actividad agradable o que me relaje (desde una pausa pequeña de 10-15 minutos a una actividad de mayor duración)
- Me permito sentir emociones
- Me trato bien
- En mi día no todo es trabajar
- Tengo tiempo para mí
- Me permito parar si siento que me estoy agotando, haciendo demasiado
Autocuidado social
- Tengo tiempo para actividades agradables
- Paso tiempo de calidad con las personas que quiero
- Tengo tiempo para hacer actividades de ocio que disfruto
- Si me siento mal, soy capaz de pedir ayuda
- Puedo decir que no si algo no me apetece o no me gusta
- Hay equilibrio entre lo que doy y lo que recibo
- Me relaciono con gente que me cuida y me trata bien
- Cuido a los demás y me siento cuidado·a por ellos·as
- Puedo defender mis derechos
Autocuidado espiritual
- Realizo actividades que me generan una sensación de paz y calma interior
- Realizo actividades que me invitan a reflexionar (meditar, conversar, escribir, pasar tiempo en la naturaleza…)
- Mi vida va en línea con mis valores
- Me relaciono con personas o en espacios que nutren mis valores
¿Cuántos síes hay? ¿Hay alguna pregunta que te ha llamado especialmente la atención o te ha resultado más difícil de responder?
Es posible que haya alguna esfera del autocuidado en el que haya más respuestas “No”. Es una señal de que quizás es por esa esfera por la que debemos empezar. Sin embargo, recuerda, mente y cuerpo es uno solo, por lo que es muy posible que generar cambios en la esfera de la salud física pueda llevar consigo la activación de creencias limitantes, un discurso interno crítico o negativo o emociones como miedo o ansiedad. Al mismo tiempo, es posible que querer iniciar nuevos hábitos o prácticas relativas a la esfera emocional traigan consigo bloqueos o no saber por dónde empezar. Tranquila·o, es normal. Se tratan de patrones automáticos que llevan con nosotras·os mucho tiempo y empezar a hacer algo distinto puede ser difícil.
El primer paso está dado: tomar conciencia. Movilizarse a la acción sería el siguiente. Si sientes que este paso te resulta difícil o empieza a generar malestar puedes ayudarte del espacio de terapia para abordar estas dificultades y los malestares asociados. Desde Lume Psicología, centro de psicología en Madrid u online, podemos ayudarte a generar hábitos, resolver conflictos y atravesar las dificultades para favorecer tu bienestar físico, mental y emocional.
Y recuerda, el objetivo de estas preguntas es tomar conciencia de tu momento actual. De cómo estás, qué te está ocurriendo y qué conductas y hábitos practicas. No queremos buscar culpa o juicio, si no conciencia para poder plantearnos nuevos objetivos y cambios más beneficiosos para ti 🙂