Estamos más que informadas ya de la importancia del autocuidado en nuestro día a día. Lo escuchamos en redes, en la televisión, en conversaciones con amigas…
Y aunque autocuidado son muchas cosas, puedes consultar otro artículo en el que hablamos de qué es el autocuidado y los beneficios que tiene, la realidad es que con pequeños pasitos podemos contribuir mucho a sentirnos mejor.
Y uno de estos pequeños pasos es sin duda atender a nuestro ciclo menstrual. Como mujeres somos cíclicas, por lo que necesitamos a nivel físico y psicológico en cada momento de nuestro ciclo es diferente.
Actualmente, debido al ritmo de vida y a cómo se estructura el sistema, como sociedad, tendemos a desconectarnos de nuestras sensaciones corporales, nuestras emociones y necesidades. Sumado a la baja representación de la menstruación (o mejor dicho, falta de representación real de la regla, no mitos e imágenes estereotipadas con connotaciones altamente negativas) contribuyen a que no atendamos a nuestro ciclo y, por tanto, no nos atendamos a nosotras durante el mismo.
Fase menstrual. Qué es y por qué se caracteriza.
La fase menstrual se inicia en el primer día de sangrado. Dependiendo de la mujer, durará más o menos, aunque podemos decir 7 días de media aproximadamente. En este momento nuestro cuerpo experimenta diferentes cambios debido a las alteraciones hormonales. Por ejemplo, puedes sentirte hinchada, sensibilidad en los pechos, cansancio… A nivel emocional, es posible que experimentes cambios de humor, te sientas más irascible y sensible y tu estado de ánimo esté más bajo. Por todo ello, es normal que durante estos días te apetezca hacer menos de lo que sueles hacer habitualmente.
Es la fase vinculada a la introspección, pues es más fácil conectar con nosotras mismas. Hay autoras que denominan a esta fase la etapa de la bruja o época del invierno, pues en este momento se necesita recogimiento para dejar atrás lo antiguo y poder así dar paso a lo nuevo.
Recomendaciones de autocuidado durante la menstruación
Debido a que durante esta fase nuestra energía y estado de ánimo está más bajo, es importante que podamos hacer adaptaciones y flexibilizar nuestra rutina. Es natural que no puedas seguir el ritmo habitual de otras fases del ciclo, por lo que escúchate y haz modificaciones. Por ejemplo, adapta tu rutina deportiva a ejercicios más suaves y de menor exigencia. Puedes aprovechar para estirar, pasear o hacer posturas de yoga que ayuden a combatir posibles dolores.
Dado que es una fase más introspectiva tenemos menos batería social. Es momento de priorizarnos y decir que no a determinados compromisos sociales si no nos sentimos bien. Puede ayudarnos tener en cuenta qué días aproximadamente estaremos menstruando para dejarla más libre de planes sociales y poder ser más espontánea con las actividades que nos apetezcan esos días.
Tener presente sobre qué fechas menstruaremos también puede ser un aliado en el ámbito laboral. Es cierto que va a depender mucho del tipo de trabajo que desempeñemos y si es por cuenta propia o ajena. No obstante, anticiparnos ayuda a que podamos planificar nuestra jornada laboral de forma más respetuosa con nuestro ciclo. Quizás necesites también más descansos. Aprovecha para hacer pequeñas pausas en las que observarte interiormente: ¿necesito hidratarme? ¿Estirar? ¿Dar un paseo?
Otro aspecto clave es elegir actividades que te hagan sentir más tranquila y coherente con tu estado de ánimo y energético. Algunas de ellas pueden ser escuchar música, relajante, leer, tejer, un baño…
Acompañar todo ello de comidas nutritivas, infusiones calmantes, ropa cómoda, productos de higiene respetuosos e incluso bolsas de agua caliente o sacos de semillas para las molestias y la inflamación.
Atendiendo a todas las recomendaciones sobre cómo cuidarse durante la frase menstrual, el resumen es escucharse y darse permiso. Permiso de bajar revoluciones, de parar, de descansar, de no ser suuuuper productiva. Darse permiso para cuidarse.
Para empezar a practicar la escucha e identificar los síntomas o aspectos característicos de ti misma en cada una de las fases, un ejercicio estupendo es monitorear tu ciclo. Consiste en registrar durante tres meses cómo nos sentimos, nuestro nivel de energía, cómo dormimos, etc. para tener una visión más completa con el paso del tiempo y poder así sacar patrones. Existen agendas y aplicaciones diseñadas exclusivamente con este fin.
Por último, destacar que si estamos pasando por una etapa de ansiedad o depresión, los síntomas vinculados al estado de ánimo pueden ser más intensos y generar malestar, descontrol o llevar a bucles de pensamiento negativos e incluso autodestructivos. Si sientes que este es tu caso, te animamos a pedir ayuda por un profesional de la salud. En Lume Psicología, centro de psicología en Madrid y online, podemos acompañarte en este proceso.